Muy pero muy constantemente tomo taxi, no me da ningun gusto, pero trae una, la vida correteada y pues que se le va a hacer.
Podría contarles muchísimas historias, desde las machinas y que dan miedo, hasta las de compartires del instante.
El viaje de hoy a pesar de la prisa y el tremendo tráfico tremendo, fue bastante agradable, hablamos de lo feo que es el mundo gandalla, el oportunismo, la competencia y la corrupción, y me dijo con toda contundencia, que si queremos cambiar al mundo, tenemos que hacerlo nosotros. Y yo nomas agregue nosotras, nosotres.
Fue breve, fue una pizca de confianza ante esta ciudad que nos come a diario un poquito, un poquito cada día. Aunque a veces se lleva trozos más grandes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario